El Pozo de la Nieve y el Corral de los lobos en la Garganta

Rutas entorno a Candelario

Conocemos el Pozo de la Nieve y el Corral de los lobos en la Garganta

Nuestra localidad de Candelario se encuentra justamente al sur de la provincia de Salamanca, pues bien, a pocos Km de Candelario y introduciéndonos en el norte de la provincia de Cáceres podemos llegar a una típica localidad llamanda La Garganta.

¿Porque os recomendamos esta ruta?

lo primero comentaros que es una ruta muy buena para realizarla en bici (dificultar media-alta) o en coche. Una carretera comarcal atraviesa frondosos bosques para llegar a comunicar estas dos localidades.

Durante esta ruta encontrareis una vistas de la montaña y valle muy bonitas, ademas deberás de hacer una parada en el camino para conocer El Corral de los Lobos y El Pozo de la nieve.

Una vez que conocais El Corral de los Lobos y El Pozo de la nieve, podreis seguir el camino y conocer La Garganta como localidad extremeña y seguidamente podeis o regresar a Candelario o bien seguir el camino para llegar a Baños de Montayor una localidad donde podreis conocer la su indrustria de la cesteria de inbre.

el Corral de los lobos en la Garganta

Durante siglos, estos parajes de pastos recibieron la visita del lobo, que los pastores se veian obligados a combatir para garantizar la supervivencia de su ganado y su propia subsistencia. El Corral de los Lobos era, sin duda, la más eficaz herramienta inventada para conseguir cazarlos.

Consistía en un recinto cerrado de una superficie aproximada de 250 m2, construido a la manera vetona, en piedra tosca. Sobre el nivel del suelo, el muro levantaba poca altura para facilitar el acceso del lobo a su interior, donde la profundidad media rondaba los dos metros y medio. Una ligera caida negativa del muro perimetral y la colocación adentrada de las losas de remate impedían que, un vez dentro, el animal pudiera saltar y recuperar así la libertad. Como cebo, se dejaba una oveja viva en su interior, que normalmente sobrevivía, pues el lobo dedicaba toda su atención y esfuerzos a intentar escapar.

Este tipo de trampas se da también en otras zonas loberas, como por ejemplo la zona de Sanabria, en la provincia de Zamora, donde se las conoce con el nombre de curros.

El Corral de los Lobos permanecía enterrado desde que cayó en desuso, hace ya muchos años, dejando visible únicamente, a ras de suelo, algunas losas superiores de su muro, lo que nos decidió a excavar y recuperarlo, para poner en valor una reliquia que nos habla de una forma de vida extraordinariamente dura, hoy felizmente superada. Para ello, se ha tenido que recurrir a los recuerdos y testimonios de los ancianos, en un ejercicio etnográfico que  ha permitido recuperar este patrimonio cultural y ofrecerlo a la curiosidad de las generaciones venideras.

el Pozo de la Nieve de la Garganta

El pozo de la nieve

La nieve de las alturas de El Calvitero (2.397 m) y La Ceja (2.428 m) era bajada a lomos de caballerías hasta los pozos donde se guardaba para su conservación y posterior distribución y venta. Pero a los habitantes de La Garganta les quedaba más cerca la nieve de Hoya Moros (2.394 m) que bajaban hasta uno de los tres pozos que llegaron a funcionar, de los cuales se conservan dos, el de la «Barrera del Pozo» (1.270 m) y el recientemente reconstruido en el Corral de los Lobos, cuya obra primitiva data del siglo XVIII.

Este último está situado junto a uno de los caminos de acceso a la sierra, hoy carretera comarcal, en el término municipal de La Garganta, en la cota de los 1.257 m, una zona de pronunciada pendiente. Un cartel explicativo, al pie de la carretera, detalla para el visitante las características de la obra.

El pozo se llenaba con la nieve cercana en los momentos en que su acopio se volvía menos penoso, pues su persistencia hasta bien entrada la primavera permitía la recolección en mejores condiciones. El croquis a mano alzada presenta un corte esquemático de su alzado con sus cotas aproximadas. En sus tiempos debió estar cubierto con tejado, hoy desparecido.

La mejor explicación sobre el procedimiento para llenar el pozo nos la da el testimonio oral recogido por el autor citado (4) a principios del siglo XX, de boca de Clemente López, vecino de La Garganta, de la familia propietaria de uno de los pozos. Dice, y transcribo literalmente:

—»Lo más tarde posible después de las nevadas pero cuando la nieve no quedaba muy lejos salían los hombres hasta la nieve. Se los llamaba boleros porque su trabajo era hacer bolos de nieve, que, helados, pudieran ser transportados por un hombre. En cada bolo hincaban un «pelao» (leño de roble descortezado) aguzado en una de sus puntas. Así lo dejaban al aire libre durante una noche, o dos noches si la helada no era muy fuerte. El bolo de nieve helada y dura era transportado hasta el pozo con ayuda del «pelao». Y en el interior del pozo amazacotaban la nieve con esos pisones que todavía se usan en los lagares, cuando la vendimia. El pisón es un tronco de roble seccionado y manejable por un palo que se le ha añadido como mango. Dentro del pozo, a cada medio metro o un poco más de altura, se extendía sobre la nieve apisonada una capa de paja trillada. La nieve quedaba depositada así como en grandes tortas o quesos y todo el pozo era «como un gran tubo de pastillas de aspirinas de nieve«. Cuando meses más tarde se la sacaba para llevarla, ya era hielo y el bloque se hacía trozos transportables por medio de cuñas de madera o picos de hierro».

Para algún autor, la expresión «limpia de polvo y polvo y paja» hace referencia a la necesidad de quitar ambas cosas para la presentación y venta del hielo en los mercados, una vez que salía del pozo. El procedente de este ha abastecido durante, al menos, un par de siglos, a territorios comprendidos entre Zamora y Ciudad Rodrigo.

Las zonas serranas del norte de Cáceres aún conservan algunos ejemplares de pozos en buen estado de conservación. Se conservan, en diferente estado, los de El Piornal o San Martin de Trevejo, entre otros. Son testigos mudos de una industria artesanal, hoy desaparecida por el desarrollo y perfeccionamiento de las tecnologías de conservación alimentaria por medio del frio.

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